martes

Milgram ayer y hoy..para pensar

copien las direcciones a google y vayan allí son 2

http://www.youtube.com/watch?v=lUrFUscpVqU

http://www.youtube.com/watch?v=y6GxIuljT3w&feature=related

Cuestiones éticas en torno a la experiencia de Milgram
por Michel Fariña, Juan Jorge
________________________________________
Título original: I... comme Icare
Henri Verneuil / Francia / 1979

¿Obedecerían las personas hoy en día? La clásica experiencia de Stanley Milgram acerca de la obediencia ha sido replicada recientemente por Jerry Burger en la Universidad de Santa Clara, California, reabriendo, 45 años después, una discusión teórica, metodológica y ética insoslayable. Miles de personas en el mundo han conocido la experiencia a través de su recreación en el film I... como Icaro, de Henri Verneuil (1979) y a través de la más reciente reconstrucción realizada por el mentalista Derren Brown para su programa de la televisión británica.
La investigación de Milgram, publicada originalmente en 1963, ha sido citada extensamente y sus conclusiones aplicadas a distintos escenarios, muchas veces de manera controvertida, como cuando se la utilizó en los fundamentos de la Ley de Obediencia Debida en la Argentina, 1987.
De allí que pesen sobre el experimento distintas críticas tanto metodológicas como conceptuales, las cuales, de acuerdo a los actuales parámetros éticos deberían ser incluidas en los programas académicos cuando se transmiten sus premisas y conclusiones teóricas.
Aparecen al respecto tres grandes líneas para la discusión ética de la experiencia de Stanley Milgram:
1. Las premisas éticas para la utilización de consignas engañosas en la investigación científica: ¿Cuáles son estas premisas? ¿Por qué ha sido objetado el experimento de Milgram? ¿Es posible una réplica del experimento que salve tales objeciones? Las fuentes de referencia son aquí el Código de Etica de la American Psychological Association, 2002, Norma 8.07, y el Artículo 4 de la Declaración UNESCO de Bioética y Derechos Humanos.
2. El contexto de aplicación de los resultados de la investigación. ¿Es posible utilizarlos para explicar la obediencia a órdenes aberrantes en casos como el nazismo, My Lai, la dictadura militar de Argentina, Guantánamo, Abu Ghraib o Israel? ¿Cuáles son las objeciones teóricas y metodológicas más importantes planteadas en los textos de Miguel Benasayag, Contardo Calligaris, Jorge Jinkis, Elizabeth Lira, Herbert Kelman y otros referentes en el tema?
3. Las condiciones para la enseñanza / transmisión de un experimento metodológica y conceptualmente controvertido. ¿Cuáles son los principios éticos actualmente vigentes en materia de "objetividad en la enseñanza"? ¿Qué supone en el caso concreto de Milgram ofrecer a estudiantes e investigadores una perspectiva ética?
La primera condición para llevar adelante con rigurosidad las discusiones precedentes es conocer el experimento. Este artículo tiene por objeto presentarlo tanto en sus aspectos descriptivos como a través de los recursos audiovisuales disponibles.
Como se sabe, Stanley Milgram desarrolló distintas versiones de su experimento, introduciendo en cada una de ellas variantes que permitieran aislar los factores que explicaban la obediencia. La versión más difundida es la que se conoce como el “experimento número 5” (Milgram, 1974) y que resumiremos de manera sintética. El candidato era convocado por una universidad prestigiosa para participar de un estudio sobre memoria. Al llegar al laboratorio se encontraba con otro participante –en realidad un colaborador del equipo de investigadores– y ambos eran informados de la naturaleza del estudio del que iban a formar parte: los efectos del castigo en el proceso de aprendizaje.
A través de un sorteo supuestamente azaroso, al candidato se le asignaba el rol de maestro, mientras que el colaborador (aliado de los investigadores) adoptaba siempre la posición de alumno. El participante observaba entonces cómo el investigador sujetaba al alumno a una silla en un cuarto contiguo y le colocaba electrodos en los brazos. Se le explicaba al participante que su tarea consistiría en administrarle al alumno un test de aprendizaje basado en pares de palabras relacionadas. El candidato, en el rol de “maestro”, debía leer al “alumno” tales correspondencias de palabras a través de un sistema de intercomunicación. Una vez leída la serie, el alumno indicaba sus respuestas pulsando botones, las cuales maestro recibía a través de un tablero de luces. El dispositivo se completaba con un imponente panel con interruptores. El participante era instruido entonces para administrar una descarga eléctrica ante cada respuesta incorrecta del alumno. Los 30 interruptores con etiquetas de identificación ubicadas en el panel indicaban la fuerza de la descarga, que iba desde 15 a 450 voltios, en incrementos de 15 voltios. El participante debía comenzar con el interruptor más bajo, e ir subiendo sucesivamente la descarga ante cada respuesta incorrecta.
En realidad, el alumno no recibía descarga alguna, porque todos los aparatos eran ficticios. Pero al dar muchas respuestas incorrectas, requería que el participante le administre descargas cada vez más intensas. Durante las primeras descargas, el alumno emitía quejidos. A partir de la administración de los 150 voltios, el participante ya escuchaba los gritos de protesta del alumno a través de la pared. El alumno pedía detenerse; le decía que estaba sintiendo demasiado dolor y que tenía palpitaciones. Desde ese punto hasta los 330 voltios, el alumno continuaba gritando de dolor y después de cada descarga exigía ser liberado. Luego de la descarga de 300 voltios, el alumno se negaba a responder –lo cual era considerado por el experimentador como una respuesta incorrecta, indicando al participante la necesidad de que continúe con el experimento. A partir de la descarga de 330 voltios, el alumno ya no gritaba ni protestaba al recibir las descargas, sugiriendo de este modo que carecía de la capacidad para responder.
La variable dependiente más relevante estudiada por Milgram es evidentemente el momento en el cual el participante se niega a continuar. El experimentador, sentado a algunos metros de distancia del participante, lo instaba a continuar frente a cualquier signo de resistencia verbal o no-verbal. El estudio continuaba hasta que el participante oponía resistencia a cada uno de los cuatro estímulos verbales de exigencia creciente dados por el experimentador, o hasta que el participante hubiera pulsado tres veces el interruptor del rango más alto del generador de electricidad. Como se sabe, la conclusión más impactante del experimento fue descubrir que el 65% de los participantes continuaban administrando las descargas hasta el final de los rangos que ofrecía el generador.


www.eticaycine.org.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario